Vivica Daniels

por Invitado Vie Jul 27, 2012 9:32 pm

Nombre: Vivica Daniels

Edad: 20 años

Sexo: Mujer

Ocupación: Cantante de medio tiempo

Grupo: Aspirantes

Origen: Baton Rouge, EEUU

Descripción Física: Aun conserva en sus facciones algo de niña que el tiempo y la vida no han podido borrar, quizás sean sus ojos muy grandes y su boca demasiado pequeña, pero sus gestos tienden a borrar esos rasgos, y dejan en la expresión de su mirada la mujer superviviente que es. Sus formas son armoniosas aunque es muy baja. Cabello y ojos oscuros, siempre anda con un look gótico decadente muy marcado, en maquillaje y accesorios, que le resulta cómodo y hasta natural.

Descripción Psicológica: A pesar de los golpes de la vida, aun queda algo de la inicial inocencia en su interior. Ni las penas, ni las desilusiones han podido destruir su capacidad de amar, creer y soñar. Por eso ella vive con esperanza, pero envuelta en una coraza de melancolía y pesimismo, para apartar de su frágil ser todo daño. Para llegar realmente a conocer ese mundo interior se requiere pasar las innumerables pruebas de su corazón, porque si algo ha aprendido de sus errores, es a no dar su confianza a cualquiera que venga con una sonrisa y una promesa.

Gustos: Una taza de café y un cigarrillo, escuchando buena música. Acariciar las cuerdas de su guitarra hasta hacerlas gemir o llorar. La voz suave de una mujer.

Desagrados: La intolerancia, el machismo, la brutalidad y la violencia.

Habilidades: Cantar, componer y tocar la guitarra. Adaptarse a cualquier circunstancia, sobrevivir.

Debilidades: Su naturaleza crédula y soñadora, el miedo a su pasado y los recuerdos.

Historia: La historia de Vivica es dura. Esa es la mejor manera de definirla.

A los 15 años se fugó con un tipo, cansada de los abusos de su padrastro, creyó que esa era su oportunidad de ser libre. Pero cambiar un hombre por otro, descubrió poco después, no era la mejor decisión.

Creyéndose enamorada en un inicio, pues después de los golpes y solo ser montada nada más, las caricias y los besos de Mike eran un cambio considerable. Pero eso solo era el inicio, a los pocos meses su nueva relación fue transformándose poco a poco en otro callejón negro e interminable. Las caricias se volvieron cada vez más esquivas, y los besos se tornaron amargos. Los golpes no tardaron en aparecer, junto con las ofensas y recriminaciones. Su nuevo hombre no quería a veces la carga, ella era un gasto y un desperdicio. Sin haber acabado el colegio y siendo aun menor de edad tenía pocas oportunidades. Pero su porfía y su angustiosa dependencia la hicieron quedarse y aferrarse a lo único que conocía. Incluso después de descubrir que los verdaderos ingresos de Mike provenían de las drogas que movía en sus viajes, pues después de todo siempre había comida en la mesa y un lugar donde dormir. Y cuando las cosas se volvían demasiado insoportables, también alguna mierda que meterse para volar y huir del infierno por algunas horas.

Así pasaron un par de años, en los que se movió por el país con él, acompañándolo en sus sueños estúpidos de ser millonarios. Con su precaria estabilidad económica y el constante riesgo, eran unos soñadores perdidos que acababan noche tras noche en bares de mala muerte, bebiendo y odiándose hasta el amanecer.

Una de esas noches, en uno de estos pobres bares cuando iban de paso por Tucson, en Arizona, conoció a Jesse. Su voz la impresionó, nunca la olvidará. Ella cantaba en ese escenario como si fuese la dueña del mundo, cantaba sobre su miseria, sobre la estupidez humana y el maldito infierno de cada día. No pudo quitar sus ojos de ella. Cuando su presentación termino, fue a buscarla atrás, sintiéndose excitada y curiosa. No fueron necesarias muchas palabras, al poco rato estaba metida en uno de los diminutos cubículos de los baños del bar, siendo besada como si fuese la primera vez. Las manos de la mujer se sentían bajo su ropa como brazas ardientes, nunca antes en su vida se había sentido tan deseada.

Su relación con ella apenas duró unas cuantas semanas, pero tan intensas que han dejado en ella una huella imborrable. Apenas si puede recordarla sin sentir un vacio en su pecho, pues ella le fue arrebatada por la fuerza de un odio que no quiere volver a conocer.
Para cuando Jesse había logrado convencerla de que debía dejar a Mike, éste las descubrió. Esa noche un disparo decidió sus destinos. La ira de Mike los perdió a todos.

Cuando llegó la ambulancia ya no había nada más que hacer, Jesse estaba muerta en sus brazos, y Mike con el arma aun en sus manos amenazaba a todos como un poseso.

Después de pasar el último año de su adolescencia en un centro de detención y rehabilitación, fue dejada en libertad para continuar con su vida. Sus pasos la llevaron a Los Angeles, el pretendido destino que tenían con Jesse. Sin saber mucho como continuar, compró una guitarra vieja y comenzó a cantar, pues parecía que la voz de Jesse se había quedado en algún rincón de ella misma, se había colado en su garganta y le pedía ser liberada, o quizás era nada más que aquella mujer descubrió como sacarla.

Para poder mantenerse trabaja donde puede, mesera, recepcionista, cualquier lugar donde no hagan demasiadas preguntas, mientras busca oportunidades para cantar en bares con su guitarra las melodías melancólicas y sórdidas que nacen en su pecho, sin más aspiraciones que gritar al mundo su descontento, su miseria y oscuridad.

por **Shine** Vie Jul 27, 2012 10:42 pm

Tarjeta de Residencia

Estimada: Vivica Daniels

Bienvenida a Los Angeles.
Ya eres un ciudadano mas.
No olvides acatar las normas y, sobre todo, no olvides divertirte.

Vivica Daniels

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Re: Vivica Daniels